Hace hoy exactamente dos años que vencí al cáncer con fuego y ceniza. Ahora sólo queda mi recuerdo.
Sé que mi descanso ha sido injusto para vosotros, pero tened en cuenta que no lo elegí. Luchamos juntos, nunca me di por vencido, vosotros tampoco…pero perdí la partida ¿o tal vez no?
Ahora estoy bien, estoy tranquilo y formo parte de algo más grande. Me estoy adaptando poco a poco y me he dado cuenta que una vez ha desaparecido la niebla, ha sido muy grato el reencuentro.
Salir del camino de la vida ha sido desgarrador, me ha costado separarme de vosotros, de mis cosas, de mis manías, de mis penas y de mis alegrías y sobre todo, de lo que estaba por venir…pero me he reencontrado con lo que perdí, con mis padres. Eso hace más apacible mi estancia en este extraño lugar. Ya no tengo miedo al vacío. No lo tengáis vosotros porque estáis llenos de vida.
Lo se porque os veo. Os veo siempre. Siempre a vuestro lado, siempre hablándoos aunque no os deis cuenta…¿o tal vez si? Una melodía o una mariposa o una pintura o un recuerdo…son de las pocas vías que me dejan tener para deciros que estoy aquí…que estoy allí. Y estoy bien…las ondas en un río son lo poco que me queda de lo terrenal. Prestarle atención para que no desaparezcan nunca y nunca moriré del todo.
«…De lo que estaba por venir». No creáis que no estoy viendo crecer a Mario, no creáis que no estoy viendo lo llena de vida que está Maria. Decidles que su abuelo los quiere…nunca me ha gustado usar esa palabra, no se, me daba como vergüenza y es una de las cosas que quizás me arrepienta, de no haberte dicho más veces «te quiero»…que te quiero mi querida Pacita, que te quiero mucho Esthercita hija mía o Mariano…que te quiero.
Un TE QUIERO…pero eso ya lo sabíais vosotros. Lo sé y sabéis que no podéis discutirme eso…
Sois lo mejor que me ha pasado nunca en vida, sólo puedo sentir orgullo viendo en las maravillosas personas en las que os habéis convertido, la prueba es que la buena gente acaba con gente extraordinaria como vuestros esposos y mujeres. Lina, Ricardo, cuidad de mis hijos porque os quieren. Cada vez me cuesta usar menos esa palabra…¿veis?
Me vuelvo a mi infinita claridad. No diré hasta pronto porque os queda una larga y feliz vida…yo estoy bien. Recordarme siempre y siempre estaré con vosotros.
Os quiere…»Elo»